jueves, 27 de diciembre de 2012

ALIVERTI DIXIT



“(…) justamente porque la Argentina no se relaciona en nada con la de 2001/2002, vienen quedándose afuera dos grandes bloques de poder: una parte del establishment de la economía que ya no interviene en las decisiones políticas, y una parte del sindicalismo y de los aparatos tribales, históricamente acostumbrados a las prebendas del peronismo como partido de Estado. Este peronismo, sobre todo desde la gestión de Cristina, marcha en camino opuesto a esa costumbre.”

La frase anterior corresponde al análisis (¿?) de los últimos acontecimientos del año realizado por Eduardo Aliverti para Pagina/12, en la edición del 24-12. ¿Es necesario acudir al clásico ejemplo del Gran Buenos Aires para refutar lo dicho por el periodista? ¿Creerá realmente lo que escribe?

En ese editorial (de alguna manera hay que llamarlo), agradecía a la extraña alianza que no llegó a llenar la plaza de mayo el 19 de Diciembre el haberlo eximido de todo comentario para retratar lo ocurrido durante 2012. Con su soberbia habitual, se refiere despectivamente a los convocantes a ese acto como “una comparsa que tanto puede ser calificada de indescifrable como de inmoral”. Los “extraños aliados”, le facilitaban el elogio al Gobierno.

Extraño lo de Aliverti. Olvidadizo el hombre. No recuerda dos cosas; que esa misma alianza (Moyano, CTA, Izquierdas varias, etc.) es la que enfrentó al menemismo en los ´90. Se ha agregado algún tránsfuga menemista, pero es básicamente la misma. Y no recuerda tampoco la alianza que él integra y apoya; ex menemistas, ex duhaldistas, ex delaruistas, ex funcionarios de la dictadura militar, abogadas exitosas que se enriquecieron ejecutando hipotecas de gente a la que dejaban en la calle, ex ucedeístas y actuales ladrones, lo peor de la burocracia sindical incluyendo a buchones del Servicio de Inteligencia del Ejército, todo adobado por sectores de organismos de Derechos Humanos y periodistas de izquierda regados por el abundante maná de los fondos oficiales. Ah!, y artistas populares que nunca habían soñado con cobrar lo que cobran por presentarse en los escenarios Nac and Pop.

Por alguna razón, Aliverti y otros progres necesitan justificar su pase al capitalismo serio. No quieren reconocer (o tal vez no pueden sin perder su audiencia), que están defendiendo lo que ayer nomás defenestraban. Necesitan revestirlo, presentarlo de otra manera. Necesitan decir que no son ellos los que cambiaron, que lo que cambió fue el Gobierno. Necesitan hacernos creer que se produjo un milagro y los millonarios de Puerto Madero descubrieron las bondades del socialismo. Es poco heroico defender a los Kirchner diciendo que han sido, probablemente, el mejor Gobierno desde la recuperación de la Democracia dentro de los estrechos límites del sistema. Entonces lo recubren de una intención revolucionaria que solo existe en su inflamada y confusa argumentación. Se van de mambo.

La grave y engolada voz de Eduardo Aliverti sigue apostrofando. Ayer, para ensalzar al Che Guevara; hoy, para mostrarnos a Aníbal Fernández como un gran pensador contemporáneo y no como el corrupto y asesino que es.

El pudo elegir. Y eligió eso.

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