viernes, 28 de diciembre de 2012

THE BIG BANG THEORY 1



¿Cómo empezó todo? Sin dudas con el Gran Estallido.

En el año 2001 el experimento neoliberal argentino denominado convertibilidad tocaba a su fin. La ilusión vendida a (y comprada por) los argentinos que un peso era equivalente a un dólar, estallaba por los aires y sus esquirlas terminaban de destruir un País devastado desde 1976. Las calles se poblaron de protestas, de argentinos hartos de lo que ayer nomás les parecía bien. “Que se vayan todos”, era la consigna que se enarbolaba, producto del hartazgo de una dirigencia política corrupta hasta extremos impensables y a la que se veía como la principal responsable de la decadencia nacional.

En ese breve lapso de primavera callejera se gestaron algunas formas de participación inéditas: las asambleas populares (en las que algunos sectores de izquierda creyeron ver el germen del poder dual y a las que, con su apuro, ayudaron a desactivar) y la confluencia de sectores sociales históricamente separados, resumida en la consigna “piquete y cacerola, la lucha es una sola”. Pero aquello fue, en términos históricos, fugaz. No alcanzó a consolidar un programa mínimo de propuesta alternativa y se diluyó, para alivio de los políticos tradicionales que ganaban así tiempo para repensar la situación.

Pero otros sectores más arraigados habían jugado un papel importante en la lucha contra la dictadura y luego contra el califato de Menem. Caídas por la represión y/o el descrédito muchas de las formas organizativas tradicionales, habían surgido a lo largo de los años, otras nuevas: Los organismos de Derechos Humanos, con un infinito prestigio ganado en la lucha antidictatorial; la Central de Trabajadores Argentinos, expresión de un sindicalismo de base alejado de las prácticas burocráticas tradicionales y los movimientos de Desocupados, expresión de la lucha organizada de los excluidos por la aplicación de políticas dictadas por el FMI. La dinámica generada por estas organizaciones obligaba a pensar en ellas a la hora de reorganizar el País.

El ex Gobernador Duhalde, llegado a la Presidencia en esos tumultuosos días en que se sucedieron 5 presidentes en un par de semanas, adoptó, forzado por la situación, la decisión económica más importante desde aquellos tiempos hasta hoy: salió de la convertibilidad y devaluó el peso. Esa simple medida de crear una barrera para-arancelaria bastó para que, en poco tiempo, se pusiera en marcha una reactivación basada en el aprovechamiento de la capacidad industrial ociosa. La discutible dedicación de buena parte de las mejores tierras al cultivo de la soja transgénica y el ciclo al alza de los precios internacionales de ésta, generaron un contexto para una mejora sustancial en las condiciones de vida de la población. Duhalde, llegado al poder por la ventana del baño, comenzaba a soñar con quedarse allí. El asesinato de los jóvenes Maximiliano Kosteki y Darío Santillán en la dura represión a una manifestación callejera, lo volvieron a la realidad: la sociedad argentina no estaba dispuesta a soportar más muertes.

Solo quedaba irse. Convocó a elecciones presidenciales y renunció a presentarse como candidato. No fue un gesto de grandeza, si no el reconocimiento de la situación: ni su familia lo hubiera votado.
(continuará)

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